YO QUERÍA SER BAILARINA
Ángeles Gabaldón no es una bailaora famosa. Ya se lo dijo La Paquera en persona “sobrina, famosa es famosa. Y artista es artista”.
Ángeles es una bailaora respetada en la Escuela Sevillana de Danza, respetada por personas que aman el baile y respetada por compañeros artistas con los que trabaja y ha trabajado. El baile de Ángeles está definido, estamos hablando de una bailaora en su madurez. No esperen un despliegue de poder rítmico en los pies, ni ver un suelo derrotado. Su baile no es percusivo. Tampoco encontrarán un lenguaje contemporáneo, vanguardista ni heterodoxo.
Ángeles es una bailaora de culto para aquellos que quieren disfrutar de una de las representantes en activo de la Escuela Sevillana de Danza, término propuesto por una de sus maestras, Matilde Coral. En el baile de Ángeles Gabaldón encontraremos respeto y dedicación a la forma de entender el baile en la vertiente Clásica de la Escuela Sevillana. Al inicio de esta biografía hemos explicitado lo que no van a encontrar en los pasos de esta bailaora, ya es hora de explicar lo que sí encontrarán en su baile:
- El sentido en la ejecución de cada palo, lo que aporta gran diversidad en las representaciones, bailándole al cante y respetando su realización, así como la del toque. El sentido aporta pureza, respeto al origen y razón de ser de cada palo flamenco.
- La sencillez en la interpretación, el baile es percibido por el espectador limpio, claro. Esa difícil facilidad es producto de una depuración técnica, eliminando aspectos superfluos. Un flamenco con temple. La importancia de los matices.
- La elegancia, aspiración colectiva en la forma de ser y de estar en Sevilla. Esta elegancia está relacionada con esa facilidad que se trasmite en la ejecución. Un flamenco relajado.
- Un determinado concepto de feminidad, vinculado y condicionado por una forma de vestir clásica y acorde al palo que se interpreta, bata de cola, mantón, peinado tradicional que debe mantenerse mientras la bailaora esté en el escenario, sutileza, utilización y dominio de complementos como el abanico o el sombrero, importancia del braceo, de una figura estilizada.
¿Cómo ha llegado Ángeles Gabaldón ha convertirse en una de las representantes en activo de la Escuela Sevillana de Danza?
Como todo en la vida es una extraña mezcla de casualidades causales y tesón. El título de esta reseña biográfica hace referencia a que Ángeles en su niñez inicia estudios oficiales de Danza Española, en los que priman el Clásico-Español o Danza Estilizada y el Ballet Clásico, de la mano de Ana María Bueno.
Cuando en su juventud afronta la inmersión en el flamenco de la Escuela Sevillana, la colocación del cuerpo y la estilización le aportarán importantes recursos técnicos para la forma de entender el baile encabezada por Matilde Coral, su hermano el bailaor Manuel Corrales “El mimbre” por el maestro y coreógrafo Manolo Marín o las bailaoras Milagros Mengíbar y Merche Esmeralda.
Pero si algo destaca en la carrera artística de Ángeles Gabaldón es que es una bailaora de oficio. Con ello hacemos referencia a que desde sus inicios ha simultaneado el proceso de formación con el ejercicio profesional encima de un escenario. Y es sobre las tablas de los tablaos de Sevilla o desde escenarios en los cinco continentes (Europa, América, Asia, África y Australia) en los que ha aprendido maneras muy sevillanas de ser y de estar. Compartiendo camerino o desde la butaca como espectadora de sus compañeras, que engrosan todas las generaciones posteriores a Matilde Coral: Loli Flores (1950-2015), Carmen Giraldez, Manuela Carrasco, Pepa Montes, Carmen Ledesma, Isabel Romero, Ana Mari Bueno, Belén Maya, Isabel Bayón, María Pagés…
El proceso de aprendizaje no se forja sólo compartiendo pasos y recursos técnicos en el manejo de la bata, el vestido, castañuelas… entre bailaoras. Ese proceso de aprendizaje entre artistas se amplia a guitarristas y cantaores que han acompañado al baile en la Escuela Sevillana, al toque Rafael Rodriguez, Ramón Amador (1955-2016), Miguel Perez, los hermanos Iglesias, Juan Carlos Berlanga, los hermanos Campallo, Dani de Morón, Alfredo Lagos y al cante Curro Triana, Curro Fernandez, El moro, El toro, Jarillo de Triana, Juan Reina, Manolo Sevilla, Enrique el Extremeño, Juan José Amador, Segundo Falcón…
Compartir escenario en tablaos de Sevilla ha permitido a Ángeles Gabaldón incorporar a su ser a fuego cómo se baila en Sevilla.
En el campo de la concepción de espectáculos propios destaca por el tratamiento de temas contemporáneos: Inmigración (2003), Taller flamenco, Érase una vez el flamenco, Femenino Plural, Mujer en baile, Gabaldonna & Guassa, Del Quivir, Con Corriente, Urulario y Gabaldón.
Paradójicamente el trabajo en tablaos, en los que existe una interacción constante entre multitud de artistas, le han permitido adquirir capacidades de improvisación y de convivencia con otras músicas, capacidades que ha desarrollado como artista invitada del grupo de percusión Los Activos, La Orquesta Chekara de Música Andalusí, el dúo de música electrónica Los Rumbers o la formación de música clásica contemporánea Urulario.
Compatibilizar el tablao Los Gallos de Sevilla con el Metropolitan de Nueva York, escenarios de la Bienal de Flamenco de Sevilla, Festival de Jerez, Festival Arte Flamenco de Mont de Marsan, Bienal de Flamenco Holanda, Bienal de la Danza de Lyon, la Sala Blue Note de Tokio… le ha dotado de amplitud de miras pero con los pies en la tierra “la magia de la válvula de la olla Express tiene que darse todos los días”.
David Villarán.